viernes, 4 de agosto de 2017

SPIDER-MAN: HOMECOMING

Desde siempre Spider-Man ha sido mi superhéroe favorito, desde pequeño he coleccionado todo aquello que tenía que ver con el hombre araña: comics, juguetes, videojuegos, y como no, películas. Siempre que he tenido la ocasión he aprovechado para hablar del arácnido héroe, y a pesar de que llevaba tiempo sin la esperanza de ver una buena adaptación del trepamuros a la gran pantalla —y sobre todo después de "The Amazing Spider-Man" y su secuela— lo cierto es que su aparición en el Universo cinematográfico de Marvel me ha llamado mucho la atención.

Y no es para menos, Spider-Man sorprendió a todos en 2002 con una cinta que si bien era una interpretación algo libre del comic, consiguió aceptar con bastante éxito la manera de enfocar las películas de superhéroes en el cine, en un momento en el que género no pasaba por su mejor momento. La trilogía de Sam Raimi consiguió crear un precedente pero también unas expectativas que con el paso de los años, se volvieron en su contra. Tras casi una década con el superhéroe dando tumbos de aquí y allá de la mano de Sony Pictures, Peter Parker ha vuelto a la casa de las ideas de Marvel para hacer justicia a su legado.

La película arranca tras los hechos ocurridos en "Capitán América: Civil War", donde Peter Parker  (Tom Holland) empieza a ejercer su identidad como superhéroe. Despues de la experiencia junto a los Vengadores, Peter regresa a casa junto a su tía (Marisa Tomei), y bajo la supervisión de Tony Stark (Robert Downey Jr.) intenta mantener una vida normal como estudiante de secundaria mientras ejerce de justiciero por la ciudad sin mucho éxito hasta que se topa con los planes del Buitre (Michael Keaton) y con él, lo más importante de la vida de Peter se verá amenazado.

"Spider-Man Homecoming" funciona como una película de origen, pero Jon Watts ("Clown" o "Cop Car") lo consigue sin tener que recurrir a la historia historia del tio Ben o el Duende Verde que ya hemos visto en las dos anteriores entregas. Pues bien, aunque es una interpretación algo libre del cómic original lo cierto es que funciona bastante bien dentro del Universo Cinematográfico de Marvel, y aunque quizás el personaje llega algo tarde encaja dentro del marco de los Vengadores, sirve más de pretexto para introducir a Spider-Man que de clásica película de héroes y villanos convencional, y a pesar de todo, consigue centrar más el guión que las anteriores entregas.

Y eso es porque la película no pretende sorprender, sino simplemente engrasar todos los elementos necesarios para asentar unas bases de manera original, divertida y fiel a lo que el público espera del personaje. Es una cinta pequeña que muestra un Spider-Man más humilde que tiene que hacer frente a los típicos problemas de la adolescencia mientras madura como superhéroe y descubre que lo que importa no es tanto su traje como quien lo porta. Aquí los personajes tienen todo el protagonismo por encima de las escenas de acción, las explosiones o los efectos visuales.

Todo ello se consigue gracias a un Tom Holland totalmente entregado a su personaje, sabe exprimir la personalidad del trepamuros y lo hace de forma energética, viva y divertida; que consigue que veamos al mejor Peter Parker adaptado a la gran pantalla. Por otro lado, aunque esta rodeado de buenas interpretaciones, lo cierto es que el resto de secundarios quedan relegados, y es una pena porque despuntan por momentos, como por ejemplo Ironman, que pasa a tener un papel relevante en los anuncios promocionales pasa a ser una especie de figura moral y sucesor espiritual del tío Ben. 

Por no hablar de un Michael Keaton que pese a cumplir un rol bastante correcto, funciona más bien como excusa para que la película tenga sentido que como antagonista. Y es una pena, porque la película desaprovecha todo lo que plantea el personaje (los ricos hacen lo que les da la gana sin pensar las consecuencias de sus actos) porque es un tema demasiado adulto para una película adolescente, y da la sensación que los villanos funcionan por una lógica propia, y el resultado es demasiado sosegado.

Aunque es una película entretenida y con un guión diferente y llena de gags, lo cierto es que las escenas de acción dejan bastante que desear, y aunque entiendo que no es su principal propósito, ha perdido toda la epicidad que tenían las anteriores películas. Es como si se hubiera censurado, el filtro de Disney resultara demasiado evidente o simplemente que Spidey no sangra. Por no hablar de los bajones de ritmo y el ya clásico desenfreno en las escenas de acción que se acentúa sobre todo en el última escena contra el Buitre, se pierde todo el equilibrio en el momento que tendría que ser el mayor cliffhanger de la película. 

A pesar de todo, el trabajo de Salvatore Totino ("Inferno", "Ángeles y demonios""El código Da Vinci") en la fotografía consigue expresar una Brooklyn muy colorida y conecta de manera muy satisfactoria con el ambiente nerd que rodea la película. Junto con una banda sonora que si bien no es tan potente como en los anteriores films del superhéroe, aparece en los momentos clave y se acopla al humor de la trama. Destacan temas conocidos como Blitzkrieg Bop de Ramones Time To Pretend de MGMT fuera de las composiciones de  Michael Giacchino ("Rogue One", "Jurassic World" o "Zootrópolis").

En conclusión “Spider-Man: Homecoming” no es la mejor película de Marvel y tampoco esta por encima de la trilogía de Sam Raimi, pero es un buen punto de partida para el trepamuros. Un film divertido, sin grandes pretensiones que convece, sobre todo, por un Tom Holland que consigue darlo todo cuando se pone el traje del arácnido. No es perfecta, tiene sus más y sus menos, pero lo que estoy seguro es que a poco que os guste el superhéroe, os va ser muy divertida. Por mi parte, muchas ganas de ver evolucionar este nuevo Hombre Araña dentro del Universo Cinematográfico de Marvel, que todo apunta a que le queda mucho camino por delante. ¡Nos leemos!



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