martes, 16 de mayo de 2017

ALIENT: COVENANT


Os voy a ser sincero, me gustó Prometheus, es una película que no puedo recomendar, dejaba demasiadas cosas en el aire, tenía un ritmo demasiado lento y seguía arrastrando los tropos del cine de terror/ciencia ficción de siempre, pero a pesar de todo, tenía alma. Prometheus dividió al público y a los fans, Ridley Scott ha vuelto para contentar a unos y otros, y por el camino, esta vez, se ha traído unos viejos conocidos: los xenomorfos.

Alien: Covenant se desarrolla en el año 2104, diez años después de los sucesos de Prometheus y la desaparición de la doctora Elizabeth Shaw, la trama gira alrededor de la tripulación de la Covenant, que tras un fatídico accidente en su viaje hacia el planeta Origae-6, donde supuestamente están dadas las condiciones idilicas para empezar una colonia (además de mujeres y hombres, transportan hembriones). Se cruzan con un paraíso inexplorado que resulta ser un mundo hostil, oscuro, muy diferente de lo que habían imaginado. 

Se que se nota que es una película puente entre Prometheus y Alien, el octavo pasajero, heredera matices de ambas y las resuelve con acierto. Quizás es lo mejor del guión de John Logan y Dante Harper, consigue darle sentido a gran parte de lo planteado en Prometheus y vuelve a los orígenes de la saga, aunque por el camino pierde gran parte de la carga filosófica que caracterizaba a la precuela, es más Alien que Prometheus. El discurso divino sobre la creación sigue estando ahí, pero se ha rebajado el tono, es menos sofisticado y más artificial. 

Ocurre lo mismo cuando la película se adentra en terrenos inexplorados, como los neomorfos o los nuevos detalles de la mitología de la saga, no se exploran y se quedan en lo evidente, sin dar ningún tipo de estimulo argumental. Todo sucede de una forma más o menos predecible, es un mal que arrastra toda la película que impide que en los mejores momentos vaya más allá de ser puro entretenimiento. No es algo molesto, se agradece cuando la película huye de la gravedad y apuesta por la acción, pero es demasiado mecánica y genera cierta sensación de deja vu, es en estos momentos cuando la conexión con  Alien, el octavo pasajero es más fuerte, pero a diferencia de la cinta original, aquí los xenomorfos no nos sorprenden, ya los hemos viso muchas veces y se han convertido en un cliche del género.

Destaca la buena actuación de Michael Fassbender, la profundidad emocional e intelectual con la que el actor interpreta a los dos androides-Walter y Deivid-, da como resultado alguna de las mejores escenas con las que cuenta la película, que casualmente son las más conexión tienen con Prometheus, sin duda, el alma de la película. Por contrapartida, el resto de personajes están huecos, más que astronautas parecen simples cebos puesto ahí para los xenomorfos. Katherine Waterson, pese a ser la protagonista, queda relegada a un segundo plano, hace todo lo que cabría esperar de la típica heroína de turno: intentar luchar contra el desastre, entiende lo que esta pasando y es la única que puede afrontarlo. Pese a que es inteligente y tiene recursos no consigue tener la fuerza de Ripley, y queda por debajo de Elizabeth Shaw de Prometheus. El principal problema de de los tripulantes de la Covenant, no es que no recordemos sus nombres, sino que se centran demasiado en sus tragedias personales sin que esto tenga una continuación real o afecte realmente al desarrollo.

El despliegue audiovisual es enorme, se nota que hay un gran presupuesto detrás, destaca el uso de exteriores, las tonalidades frías, los diseños de los nuevos alien y el impresionante uso de CGI, estamos ante un planteamiento visual, que sin ser rompedor o sobresaliente, es eficaz y consigue transportarnos al futuro no muy lejano que propone la película. A nivel sonoro, Jed Kurzel -Assasin's Creed, Macbeth, Son of a Gun- sabe acompañar los momentos de tensión con las  melodías clásicas de la franquicia, sin ser nada rompedor, consigue un efecto convincente y atrapa al espectador. 

En definitiva, Alient: Covenanrt no es la nueva joya que muchos estábamos esperando, es entretenida, visualmente una maravilla y más solida que su predecesora, pero por el camino ha perdido esa chispa de originalidad que tenía Prometheus, para nada revolucionaria o rupturista. Echo de menos toda esa locura que rodeaba a su predecesora, tendría muchos fallos y era demasiado pesada en ciertos puntos, pero era reconocible. Aunque entiendo que no todo el mundo tiene mis gustos, y si nos limitamos a analizar Alient: Covenanrt en el contesto del Hollywood actual, no es un mal producto, ofrece grandes momentos de disfrute (y de sustos) y cuenta con todos los elementos que un seguidor de Alien quería ver en la gran pantalla.




lunes, 1 de mayo de 2017

GHOST IN THE SHELL: EL ALMA DE LA MÁQUINA


Nunca me he considerado Otaku aunque me gusta leer manga y anime, soy esa clase de persona que prefiere el libro antes que la película, porque por norma general hay cosas que son difíciles de adaptar y por el camino se suelen perder matices. Sin embargo, tenía ganas de ver esta película en el cine y que mi novia conociera Ghos in the Shell, aunque no se si el experimento salió muy bien...

La cinta de Rupert Sanders, director de películas como Blancanieves y la leyenda del cazador, cuenta la historia de Meera, una mujer que tras ser rescatada de un naufragio es sometida a una operación quirúrgica para trasplantar su cerebro en un cuerpo artificial superdotado con habilidades sobrehumanas. Al mando de la Sección 9, un grupo de agentes de élite, lucha contra el ciberterrorismo y los crimenes tecnologicos. Cuando la Mayor  inicia la búsqueda para detener a un fanático hacker que quiere poner fin con los avances tecnológicos, Meera se ve inmersa en una serie de intrigas policiales y secretos que la podrán en peligro y la harán dudar de todo incluso de si misma. 

Aunque Ghost in the Shell: El alma de la máquina utiliza la película original para componer su historia, lo cierto es que el resultado es bastante diferente. El personaje de Scarlett Johansson, poco o nada tiene que ver con Motoko Kusanagi (por cambiar, le han cambiado hasta el nombre), hasta el punto de que es el pasado el eje central de la historia; y no el futuro o lo que le depara a la Mayor, que en el film original esto era clave. Cambiar el trasfondo de la protagonista y sus motivaciones no tendría que suponer un problema, siempre y cuando la historia elegida sea interesante. La cuestión es que el resultado queda diluido en una amalgama de secuencias de acción que calcan escenas de Ghost in the Shell: Arise y Ghost in the Shell: Stand Alone Complex  pero si sin ningún tipo de sentido y todo entremezclado como si fueran una simple excusa para desplegar todo el potencial de los efectos especiales.

El principal problema no es que el guión sea la típica historia de androide que clama venganza a sus creadores sino la falta de coherencia narrativa, no es una película con una continuidad definida a pesar que la historia es muy simple. Los temas que trata (el pasado de Meera, la robotización de la sociedad, la corrupción, etc...) lo hace de manera superficial porque no hay espacio para el desarrollo en pos de una acción reincidente para entretener al público joven obviando por el camino lo que hacía grade la película original: el existencialismo, la conciencia del ser o la tecnología bajo el capitalismo. Por no hablar de las inconcluencias o vacíos en el guión:¿Por qué Aramaki habla en japones? ¿De dónde sale el tachikoma? o ¿Por qué todo el mundo tiene implantes si se supone que es tecnología de vanguardia y no al alcance de todos?

Lo más desaprovechado del film son los personajes secundarios, como por ejemplo Togusa, que todo lo que hace que sea humano en la adatación de anime aquí es un simple cliché con patas, o el desaprovechado Takeshi Kitano, que aparece sin pena ni gloria de vez en cuando para poder avanzar el guión. Scarlett johansson luce espectacular como Meera( en gran medida por el esfuerzo de la actriz), pero el uso excesivos de mononosílabos, los diálogos forzados o la frialdad de sus movimientos hacen que el resultado interpretativo no sea del todo satisfactorio. El resultado coral deja bastante que desear y poco o nada tiene que ver con la carismática sección 9.

Por último cabe destacar el gran despliegue audiovisual con el que cuenta la película, quizás demasiado excesivo, e incluso hortera, en algunos momentos, con tatas luces de neon, colores, fluorescentes y pantallas junto con un abundante uso del primer plano se consigue crear imágenes que si bien, no son un desastre no consiguen superarse. Destaca el papel de Clint Mansell (Requiem por un sueño, Cisne negro...) a cargo de la banda sonora y los efectos de sonido que consiguen ambientar bastante bien el conjunto.

Ghost in the Shell fue una de las películas más influyentes de la época, un montón de obras beben directamente de ella como Matrix. Es una película clave para entender el género y la evolución del cyberpunk dentro del cine. Esta nueva adaptación es más simple, supongo que cuando tienes que invertir más de 100 millones de dólares en un proyecto como este, tienes que llegar a un público masivo. Busca ser trascendental pero no deja de ser una cinta artificial, occidentalizando todo aquello que tenga que ver con lo japones intentando crear una composición visual impactante, como en el anime pero que se queda en tierra de nadie.

Mi recomendación es que si no queréis ir al cine a ver Ghost in the Shell: El alma de la máquina por lo menos aprovechar para la película original, que a pesar de tener 22 años, a día de hoy sigue siendo una de las películas más vanguardistas de la animación japonesa. Por mi parte estoy muy contento, he conseguido engañar a mi novia para que vuelva al cine conmigo otra vez, y con suerte veremos Ghost in the Shell: Stand Alone Complex  en casa. La próxima vez le toca elegir a ella, ¿lo bueno? es que seguro que tiene mejor gusto que yo.